Prefiere preparaciones bajas en grasa:
Horneadas, hervidas o al vapor en lugar de fritas (las papas fritas o chips aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares).
Consume la cáscara:
La mayor parte de la fibra y nutrientes están en la piel (lávalas bien antes de cocinarlas).
Combínalas con proteínas y vegetales:
Mezclarlas con huevo, legumbres o verduras equilibra su índice glucémico y mejora su valor nutricional.
Evita excesos si tienes diabetes:
Aunque tienen un índice glucémico moderado, es mejor consumirlas con fibra o proteína para evitar subidas de azúcar.
Elige variedades más nutritivas:
Las papas moradas, rojas o dulces (camote) tienen más antioxidantes que las blancas.
