Añade el huevo:
Rompe el huevo en la mezcla y mezcla hasta que esté suave. Si la masa está demasiado seca, añade un poco de agua (1-2 cucharadas) para ayudar a formar las bolas.
Forma las bolas:
Toma pequeñas porciones de masa y forma bolas de unos 3-4 cm de diámetro. Aplánalas ligeramente con las manos para formar discos gruesos.
Fríe los buñuelos:
En una sartén o olla profunda, calienta abundante aceite para freír a unos 170-180 °C (es mejor usar un termómetro de cocina para comprobar la temperatura).
Fríe los buñuelos de a pocos, dándoles la vuelta suavemente con una espumadera, hasta que estén dorados y crujientes por ambos lados. Esto tardará unos 2-3 minutos por lado.
Escurrir y espolvorear con azúcar glas (opcional):
Escúrralos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
