¿De Dónde Sacaste Eso?” – Abuela Millonaria Lloró Al Ver El Collar De Una Camarera..

Estamos revisando cada aspecto de su vida. le informó Beatriz a su esposo con una carpeta llena de documentos sobre la mesa del despacho. Sus estudios, sus trabajos, sus amistades. No dejaremos nada sin investigar. ¿Y qué has encontrado? Preguntó Julian con evidente interés. Algunas cosas interesantes. Por ejemplo, hace apenas un mes, Amelia presentó su currículum a la corporación Vans.

Quería un puesto como diseñadora. Julian arqueó una ceja. De veras. Qué casualidad tan conveniente. Exacto. Primero intenta entrar a la empresa por las puertas traseras y cuando no lo consigue aparece con un medallón y una historia conmovedora. “Muy sospechoso,” dijo Julian, aunque en el fondo de su mirada se notaba la duda.

Mientras tanto, Amelia seguía adaptándose al Torbellinum, que significaba descubrir a su abuela y una familia desconocida. Elena la invitaba a menudo a la mansión. mostrándole recuerdos de Isabel, contándole anécdotas de la infancia de su madre. Leo se sentía cada vez más cómodo, recorriendo pasillos enormes, jugando en los jardines y, especialmente compartiendo largas partidas de ajedrez con su nueva abuela Elena.

Pero la tensión con Julian y Beatrice era constante. Apenas cruzaban palabras con Amelia y cuando lo hacían era con frialdad o sarcasmo. Una tarde Beatriz entró en el salón donde Amelia ojeaba un álbum de fotos con Leo. Curioso dijo la mujer con una sonrisa helada. Dicen que la sangre no miente, pero a veces los impostores son muy convincentes.

Amelia cerró el álbum y se levantó. Ya lo dije antes, no busco dinero. Entonces, ¿qué buscas?, preguntó Beatrice con ironía. Comodidad, un apellido que te abra puertas. Leo, incómodo, se refugió en los brazos de su madre. Amelia lo abrazó con fuerza. Solo quiero la verdad. Y mi hijo merece saber quién es su familia.