Dostoyevski: Perdonar en silencio… y alejarse para siempre

Perdonar no es reconciliar
Uno de los grandes errores modernos es creer que perdonar obliga a reconciliar.
Dostoyevski jamás sostuvo eso.

Perdonar es un acto interno.
Reconciliar es un acto compartido.

Si la otra persona no reconoce el daño, no muestra arrepentimiento o repite el patrón, la reconciliación se vuelve una traición a uno mismo.

El perdón libera.
La reconciliación, sin cambios reales, esclaviza.

El verdadero poder está en seguir adelante
En el universo de Dostoyevski, el verdadero poder no está en dominar al otro, sino en no necesitarlo.
No necesitar su disculpa.
No necesitar su validación.
No necesitar su arrepentimiento.