Antioxidantes (como los de los arándanos y la cúrcuma) combaten los radicales libres, los cuales dañan las células de la piel y aceleran el envejecimiento.
Vitaminas A y C ayudan a estimular el colágeno, una proteína clave que da firmeza y elasticidad a la piel.
Ácidos grasos omega-3 (presentes en el aguacate, las semillas de chía y la linaza) son hidratantes naturales que mantienen la piel suave y flexible.
Agua de coco y miel hidratan la piel desde adentro, ayudando a mantenerla luminosamente saludable.
Recuerda que…
