El cuello y el escote merecen tanta atención como el rostro. Aplica tu crema de día y de noche en la base del cuello, sin frotar, masajeando siempre de abajo hacia arriba para nutrir la piel en lugar de irritarla.
Sol: ¿Tu mejor amigo… o tu peor enemigo?
Uno de los principales culpables del envejecimiento prematuro es bien conocido: el sol. Sus rayos UV alteran la estructura de la piel, causan arrugas y favorecen la aparición de manchas de la edad. Ya sea en la ciudad o en la playa, usa protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, incluso en invierno.
Y para un tono de piel uniforme, evite la exposición prolongada al sol entre el mediodía y las 4 de la tarde y use un sombrero de ala ancha cuando salga.
Añade un toque de juventud a tu rutina.
El secreto para una piel radiante no solo está en los frascos de crema. También se refleja en tu alimentación. Los antioxidantes presentes en las bayas, las zanahorias, las espinacas, los aguacates y el té verde combaten los radicales libres responsables del envejecimiento celular.
Considere también los ácidos grasos omega-3 (aceite de linaza, pescado azul, semillas de chía), excelentes para la elasticidad de la piel, y el zinc, que favorece la regeneración celular. El yogur natural también es una excelente opción.
