3. Naproxeno
Utilizado para el dolor menstrual o muscular. Al igual que otros AINEs, puede provocar nefritis si se usa sin supervisión médica.
4. Antibióticos aminoglucósidos (como la gentamicina)
Son potentes, pero también muy tóxicos para los riñones, especialmente si se administran por períodos largos o en personas deshidratadas.
5. Inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, esomeprazol)
Estos medicamentos para la acidez estomacal pueden parecer seguros, pero su uso crónico ha sido relacionado con daño renal intersticial y pérdida progresiva de la función renal.
6. Diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida)
Aunque ayudan a reducir la presión arterial y la retención de líquidos, el abuso de diuréticos puede deshidratar el cuerpo y forzar los riñones, afectando su funcionamiento.
