Si quieres una mermelada más suave, puedes batirla ligeramente con una batidora de mano.
Haz la prueba del platillo: vierte una gota sobre un platillo frío e inclínalo. Si se desliza lentamente, la mermelada está lista.
Vierta la mermelada hirviendo en frascos de vidrio esterilizados, ciérrelos herméticamente y colóquelos boca abajo para crear un vacío.
Déjelos enfriar completamente antes de guardarlos en la despensa.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve la mermelada con tostadas, croissants o biscotes para un desayuno de ensueño.
Úselo como relleno para tartas, galletas o pasteles blandos.
Conservar en un lugar fresco y seco. Una vez abierto, mantener el frasco en el refrigerador y consumir en un plazo de 10 días.
