Separa las yemas de las claras. Coloca las yemas en un bol con la mitad del edulcorante, la ralladura de limón y las semillas de vainilla. Bate con una batidora eléctrica hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa.
Añade los líquidos
Añade el aceite en un chorrito mientras continúas batiendo, luego agrega gradualmente la leche.
Incorporar la harina
Tamiza la harina y añádela poco a poco a la mezcla, sin dejar de mezclar a baja velocidad para evitar grumos.
Batir las claras de huevo
Lave y seque bien el batidor. Empiece a batir las claras: cuando estén espumosas, añada gradualmente el edulcorante restante. Continúe hasta obtener un merengue firme y brillante.
Combine los dos compuestos
Incorpore suavemente las claras batidas a la mezcla de yemas, con movimientos envolventes, sin desinflar la mezcla. Obtendrá una masa suave y sedosa.
Cocinar al baño maría
Vierta la masa en un molde cuadrado (20×20 cm) forrado con papel vegetal. Coloque el molde dentro de uno más grande y añada agua hirviendo en el fondo para que se hornee suave y uniformemente. Hornee en horno precalentado a 160 °C (320 °F) durante aproximadamente 1 hora.
Finalizar
Prueba con un palillo: si sale limpio, el pastel está listo. Déjalo enfriar, desmolda y espolvorea la superficie con azúcar glas.
Conservación
El pastel Castella se conserva perfectamente de 2 a 3 días bajo una cúpula de cristal a temperatura ambiente. Está delicioso solo, pero aún mejor con una taza de té o café.
Nota personal: Lo bonito de este pastel es que parece complicado, pero en realidad es un capricho sencillo. Cada bocado es suave, ligero y aromático: es imposible no pedir una segunda ración.
