Dijiste ‘paga o vete’.
Elegí irme.
Mamá.”
Adjunté copias de cancelaciones, transferencias detenidas y un documento legal que confirmaba algo que nunca creyeron necesario leer:
👉 Todo estaba a mi nombre.
😱 El golpe de realidad
Mi teléfono comenzó a sonar a los pocos minutos.
—Mamá, fue una broma…
—Mamá, exageraste…
—Mamá, no puedes hacernos esto…
No respondí.
Ese mismo día, el banco llamó.
La hipoteca quedó suspendida.
El auto fue reclamado.
Las tarjetas, bloqueadas.
La “vida cómoda” desapareció en menos de 24 horas.
