Reserva esta mezcla líquida.
3. Mezclar los ingredientes secos
En un bol grande, mezcla los 350 g de harina, los 70 g de fécula de maíz y los 15 g de polvo de hornear.
Puedes usar un tamiz o colador para cernirlos, lo que ayuda a que el pastel quede más aireado.
Mezcla durante 1 minuto con cuchara o batidor de mano.
4. Unir la mezcla líquida con los ingredientes secos
Vierte poco a poco la mezcla líquida sobre los ingredientes secos.
Mezcla suavemente con una espátula o cuchara de madera hasta obtener una masa homogénea y sin grumos.
No es necesario batir en exceso, solo integrar bien.
5. Distribuir en los moldes
Reparte la masa equitativamente entre los 4 moldes pequeños o viértela en el molde grande que prefieras.
Llena cada molde solo hasta ¾ de su capacidad, ya que la masa crecerá durante la cocción.
6. Hornear
Lleva los moldes al horno precalentado a 180 °C.
Hornea durante 25 a 30 minutos si usas moldes pequeños, o de 35 a 45 minutos si usas un molde grande.
El pastel estará listo cuando al insertar un palillo en el centro, este salga seco y limpio.
7. Desmoldar y dejar enfriar
Deja enfriar los pasteles dentro del molde por unos 10 minutos.
Luego pasa una espátula por los bordes para despegarlo fácilmente y desmolda con cuidado.
Deja enfriar completamente sobre una rejilla o bandeja.
✨ Resultado:
Un pastel esponjoso, dorado y con un sabor casero irresistible, perfecto para acompañar con un café, té, chocolate caliente o servir con mermelada o dulce de leche.