Pfizer (por fin) publica la lista de efectos secundarios de sus vacunas.

Según su explicación, este fenómeno se debe a la activación excesiva del receptor AT1R en el sistema renina-angiotensina. Este sistema desempeña un papel fundamental en la diferenciación y proliferación celular. La proteína espiga producida tras la vacunación se une al receptor ACE2, lo que altera la degradación de la angiotensina II. En exceso, esto provoca una sobreestimulación del receptor AT1R, que posee propiedades protumorales, proangiogénicas y proinflamatorias.

l receptor AT1R también promueve el estrés oxidativo, liberando radicales libres que dañan las células. A su vez, se ha demostrado que los antagonistas de este receptor tienen efectos anticancerígenos en diversos tipos de cáncer, incluidos el de mama, próstata y pulmón. Jean-Marc Sabatier describió en marzo de 2020, mucho antes de que se notificaran los primeros casos, un efecto promotor del cáncer resultante de la alteración de este sistema por la proteína espiga del virus SARS-CoV-2.