A largo plazo, las mujeres que se someten a una histerectomía podrían notar cambios en su abdomen y pelvis.
Algunas mujeres informan de una sensación de vacío o diferente en la zona pélvica, lo cual es comprensible dado que el útero desempeñaba un papel estructural en el sostén de otros órganos.
Además, la cirugía puede dejar cicatrices internas y externas que, aunque suelen sanar con el tiempo, pueden afectar la apariencia física y la movilidad de la paciente.
Otro aspecto a considerar es el riesgo de desarrollar problemas relacionados con el piso pélvico, como incontinencia urinaria o prolapso de otros órganos, debido a la pérdida del soporte natural que brindaba el útero.
Es importante realizar ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico y seguir las recomendaciones de fisioterapia para minimizar estos riesgos.
Una de las preocupaciones más comunes en torno a la histerectomía es cómo afectará la vida sexu@l de la mujer.
Existe un mito persistente de que la extirpación del útero elimina el placer sexu@l o reduce significativamente el deseo. Sin embargo, la realidad es que muchas mujeres continúan disfrutando de una vida sexu@l plena después de la cirugía, y en algunos casos, experimentan una mejora en su calidad de vida sexu@l.
En los casos en que la histerectomía se realiza para aliviar condiciones dolorosas como los fibromas o la endometriosis, las mujeres pueden notar una disminución del dolor durante las relaciones sexu@les, lo que mejora la experiencia general.
