Personas con estilos de vida sedentarios
Por otro lado, las personas que permanecen sentadas o de pie durante largos períodos de tiempo durante el día. Permanecer sentado durante mucho tiempo perjudica la circulación sanguínea en las piernas, lo que puede provocar rigidez muscular y calambres durante el descanso. Los oficinistas, vendedores u otras ocupaciones con largas jornadas de pie suelen reportar calambres nocturnos. No estirarse ni moverse con regularidad durante el día solo empeora el problema.
Personas con enfermedades crónicas
Ciertas afecciones médicas aumentan significativamente el riesgo de calambres nocturnos. Las personas con diabetes, enfermedad arterial periférica u otros problemas circulatorios suelen experimentar calambres debido a la restricción del flujo sanguíneo. Los trastornos neurológicos que interrumpen la comunicación entre nervios y músculos también pueden causar calambres. Los desequilibrios tiroideos o la enfermedad renal crónica pueden influir, ya que afectan los niveles de electrolitos del cuerpo. En muchos casos, los calambres no son un problema aislado, sino un síntoma de una afección mayor que requiere atención médica.
