Reflexiones finales
Tener muchos gases por la noche no tiene por qué ser motivo de alarma. En la mayoría de los casos, se debe a la dieta o a los hábitos de vida. Sin embargo, si es persistente, causa molestias o interrumpe el sueño, conviene investigar la causa. Con algunos ajustes, como modificar los horarios de las comidas, evitar los alimentos que producen gases y cuidar la salud intestinal, es probable que se reduzcan los gases nocturnos y se duerma mejor.
