Reflexiones finales
Estas tres «C» —crítica, comparación y control— pueden comenzar de forma sutil, pero pueden causar un daño duradero al corazón, la confianza y el espíritu de una mujer. Un matrimonio sano nutre, fortalece y protege. Si estos patrones están presentes, nunca es demasiado tarde para comenzar a sanar mediante la conversación honesta, la empatía y el esfuerzo mutuo.
