¿Cómo incorporar el jugo de apio fresco a tu rutina diaria para apoyar tu bienestar general?

Receta paso a paso para tu jugo de apio diario:

Elige un manojo de apio orgánico fresco, preferiblemente con hojas verdes vibrantes (allí se concentran muchos antioxidantes).
Lava bien los tallos bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo.
Corta las bases y, si quieres, incluye algunas hojas para un extra de nutrientes.
Pasa todo por un extractor de jugos (lo recomendado para conservar enzimas) o licuadora. Si usas licuadora, agrega un poco de agua y luego cuela con una bolsa de tela o colador fino.
Sirve inmediatamente: ¡lo fresco es lo que marca la diferencia!
La cantidad ideal para empezar es 400-500 ml al día, preferiblemente en ayunas o entre comidas. Puedes comenzar con menos si el sabor es intenso y aumentar gradualmente.
Pero aquí viene la parte importante: no lo mezcles con frutas dulces desde el principio. El jugo puro permite que tu cuerpo aproveche al máximo sus compuestos únicos. Si al principio te cuesta, agrega un toque de limón o pepino.

Beneficios que puedes esperar al incorporarlo de manera consistente
Al hacer del jugo de apio un hábito, muchas personas reportan sentirse más hidratadas, con menos hinchazón y una digestión más fluida. Estudios respaldan que sus antioxidantes pueden apoyar la salud de la piel, reduciendo la inflamación que afecta el cutis.

Además: