1. Preparar el caramelo
En una cacerola o cazo a fuego medio, verter 100 gramos de azúcar con unas gotas de agua. No remover con una cuchara; simplemente mover la cacerola suavemente para
Asegúrate de que el azúcar se derrita uniformemente.
Cuando el azúcar adquiera un color ámbar dorado (pero no quemado), vierte rápidamente el caramelo en el fondo del molde para flan, cubriendo bien toda la base. Ten cuidado de no quemarte: el caramelo caliente es muy peligroso. Deja que se enfríe y endurezca mientras preparas el flan.
2. Prepara la mezcla para el flan.
En un tazón grande, bate los huevos y el azúcar hasta que quede suave y sin espuma. Luego, agrega la leche y el extracto de vainilla y mezcla suavemente.
Es importante no espumar demasiado la mezcla para que el flan quede suave y sin burbujas.
3. Vierte la mezcla.
Vierte la mezcla en el molde que contiene el caramelo endurecido. Si lo deseas, puedes pasar la mezcla por un colador para una consistencia más fina.
4. Hornea a baño maría.
Coloca el molde en un recipiente más grande con agua caliente (a baño maría) y hornea en horno precalentado a 160 °C–170 °C (320 °F–340 °F) durante unos 50–60 minutos.
Sabrás que el flan está listo cuando al insertar un palillo o cuchillo, este salga limpio.
