Nunca dijo “gracias”.
Una tarde, mientras ultimábamos detalles, me soltó la frase que cambió todo:
—Al final, Teresa, el dinero no sirve de nada si no sabes disfrutarlo.
Sonrió.
Yo también.
Pero la mía no fue una sonrisa amable.
Fue una decisión.
📞 La llamada
Esa misma noche hice varias llamadas.
Al hotel.
Al florista.
Al diseñador.
Al banquete.
—Buenas noches. Quisiera cancelar todas las reservas a nombre de Sofía Ramírez.
—¿Motivo?
—Cambio de prioridades.
