Amasar durante 5 minutos sobre una superficie enharinada hasta que quede lisa. Dejar reposar tapada con un paño por 20 minutos.
Estirar la masa con un palo hasta obtener un espesor de medio centímetro.
Cortar tiras en forma de rombos alargados. Realizar un corte pequeño en el centro de cada tira.
Pasar un extremo de la masa por el corte central para darle el característico retorcido.
Calentar abundante aceite en una sartén y freír las tiras hasta que estén doradas de ambos lados.
Retirar y colocar sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Espolvorear con azúcar impalpable antes de servir.
